domingo, 15 de junio de 2008

¡Qué grande te queda la celeste y blanca!

Después de un semestre pálido en el ámbito de competencia de clubes, creía que Juan Friomán "Pechohelado" Tristelme no iba a ser convocado a la Selección. Sus más acérrimos agentes de propaganda apenas pudieron rescatarle un gol contra Independiente en el Clausura 08 (a la vez le adjudicaron toda la responsabilidad en la remontada que llevó a los boquenses al empate con uno menos), un gol contra Maracaibo, y la buena actuación en la ida contra Fluminense. Buena actuación que se vió reflejada en sus dos tantos, mas que no pudo ser aplicada en su mote de conductor, ya que esa noche helada, el Capitán Frío se paro bien de punta.

El resto fue muy poco. Quisieron maquillar partidos pobres con apariciones mágicas en forma de un pase preciso en el minuto 32 del primer tiempo, con la cual Boca ganó un corner. O incluso quisieron decir que el gol clásico contra River de Sebastián Battaglia, fue una invención suya. En lo personal, creo que fue el gol 829 que vi después de un corner pateado al centro del área, y conectado al gol por un cabezaso compañero.

Pero a pesar de sus esfuerzos, los agentes propagandísticos y sus fans dejaron todo en un "No fue su etapa más brillante, pero igual fue clave". Boca Juniors quedó eliminado de la Copa Libertadores, pero me animo a decir que este equipo sin corona fue superior a varios equipos boquenses campeones continentales. El fútbol es así, y no siempre gana el mejor. Ahora bien, Tristelme poco hizo para que Boca juegue así.

Por mi parte -y por parte de muchísimos hinchas ajenos a las voces propagandísticas- creí que esta vez no había manera de maquillar la convocatoria de este invento del periodismo a la Selección. Encima, con la lesión fantasma (aquí he escrito al respecto en algún comentario) en boca de todo el entorno tristelmista, verdaderamente pensé que esta vuelta zafabamos.

Pero evidentemente los que zafaron fueron los ecuatorianos. Porque vinieron a plantarse con dos líneas de cuatro, prolijitos, correctos, a una cancha con un invicto de casi 30 partidos y 15 años; y se encontraron con una celeste y blanca de 10 jugadores + Tristelme. Y si señores, este pseudo conductor, al cual le arman el equipo a su antojo, depende pura y exclusivamente de una pelota parada para intentar meterla.

El verso de su gran conducción, cada día carece más y más de sustentos reales. Los ecuatorianos fueron inteligentes, no le dieron a Argentina espacio para patear tiros libres peligrosos (al menos no demasiados) y asi automáticamente dejaron al equipo con uno menos. Encima, el fenómeno de Basile se empecina en juntar distribuidores de juego, y a nadie que pique al vacio.

Así y todo, con Tristelme en cancha, antes del partido creí que ganaríamos, no demasiado cómodos pero ganariamos al fin. A los 15 del segundo tiempo pensé seriamente que se podía perder. A los 45 del segundo ya dí por hecha la derrota. Con toda la suerte del mundo, Palacio recibió unos rasposos cabezasos, le pego de punta al medio y se le escapó al arquero.

Empatamos. Nada más ¿Nada más?

No señores: A este ritmo, esta selección se clasifica. Pero a este ritmo a Semifinales en Sudáfrica no llegamos ni soñando. Y de Oro en Beijing menos. ¿Por qué sigue jugando como manija estelar del equipo un tipo que con 50 partidos nunca demostró su capacidad de conducción en el seleccionado?

Basta de la mentira, Tristelme. Basta por favor.